sábado, 9 de diciembre de 2017

Disfrute Máximo

Buenos días mundo,
¿Habéis probado los vinos René Barbier?. ¿No?. Pues son un disfrute máximo.




Cómo sabéis vuelvo a participar en una nueva campaña de Testamus, para probar y compartir los vinos René Barbier. Así, que he organizado una cenita en casa, para  descorchar y catar los nuevos vinos.


Hemos disfrutado de una cena espectacular en la que hemos maridado con  unos aperitivos ibéricos con el tinto Roble, para continuar con unas almejas a la marinera y un surtido de sushi, regado con el Kraliné blanco. Éramos de paladares complicados, así que puse un poco de lo que nos gusta a tod@s.

El tinto Roble, es un placer para los sentidos, desde su descorche. En serio. Su aroma es embriagador y su sabor intenso. Con los aperitivos que tomamos, queso, jamón, salchichón y  mezcla de aceites y pan,  actuó de potenciador y el resultado fue genial. Sólo es de sabor profundo, pero con alimentos, es impactante. Tenemos que comprar otra botella, porque hay que probarlo con una buena carne.



El Kraliné blanco, tiene una mezcla de sabor a cítricos, que deja una acidez muy agradable en la boca. Es afrutado, ligero, ácido, fresco... es muy agradable en boca. Le fue perfecto a la elección de pescado de la cena, las almejas a la marinera y el sushi. Aunque queda pendiente probarlo con una buena merluza.




Estamos encantados con haber podido probar y compartir este pedazo de vino. Hay a quién le encantó el tinto, y a quién le pareció muy fuerte. El tinto Roble tiene un sabor profundo que no es para todos los paladares. Sin embargo, el blanco triunfó en general. Su sabor ha sido un  triunfo en mi mesa.

Yo os recomiendo probar los dos. y ya me diréis que os parece. A mí personal me encantan los dos. Sólos y maridando mis cenas, y pronto mis futuras comidas.

Espero que me dejéis vuestros comentarios. Pero ahora que viene navidad, no perdáis la oportunidad de probarlo y poner un vino René Barbier en tu mesa.

Un saludo. Hasta entonces...

Carpe Diem.


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1 comentario:

  1. Yo también he tenido la suerte de ser elegida y la verdad es que han encantado. Los hemos disfrutado en familia y me han asegurado que lo comprarán. El tinto roble con su color brillante y su sabor intenso es ideal para todo buen amante del vino, y el Kraliner seco con su toque a cítricos y ese punto de acidez que deja en la boca es ideal para acompañar pastas o pescado. En casa tampoco faltarán a partir de hoy.

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