La cuarenta y sus efectos.

Buenas tardes mundo,
Al final, tarde o temprano, tanto tiempo encerrados en casa, por muy casero que seas, acaba pasando factura.

Y es que la locura interna acaba saliendo. Hoy es uno de esos días. Nada me sale bien. Voy a tras pies. Necesito desahogarme o me voy a ahogar en mi propio remordimiento.

Qué día más largo... Las horas no pasan, y yo quiero acostar ya a los niños para poder respirar profundo y acostarme también. Los niños están insoportables, está lloviendo, no podemos salir a correr un poco, se me caer todo, se me rompe el cargador cuando ya no puedo salir a comprar otro con los niños y se me han roto un par de cosas importantes... Hoy basta ya...

No paran de chillar. Hoy creo que chillan más que nunca. Todo me chirría... Cómo diría una buena amiga, hoy soy más malamadre que nunca.

¿ No sentís a veces la necesidad de salir corriendo o gritar?.Pues yo en estas últimas semanas del coronavirus, lo necesito más que nunca. Necesito sali a correr y no parar hasta cansarme. Pero no para hacer running, sino para desfogar.... O subirme a lo alto del mirador sola y gritar hasta quedar afónica...

Y es que la bimaternidad pesa. Y estando encerrados más aún... Y con un hijo de altas capacidades, ya ni te cuento... Y si le sumas un bebé echando cuatro muelas y dos colmillos a la vez, apaga y vámonos ...

Además, será el karma o yo que sé hoy ya, pero cuando un día sale torcido...

En fin, al menos he soltado un poco de morralla aquí y me quedo más tranquila... O eso me creo yo.. Voy a hacer la cena ya, a engañarlos para ducharlos ya y a ver si los meto en la cama de una vez y apago la luz...

Mañana más...Espero que mejor.


Hasta que vuelva por aquí,

Carpe diem